El agua cubre
aproximadamente el 75% de la superficie terrestre; es fundamental para los
procesos tanto ambientales como sociales e indispensables para el surgimiento y
desarrollo de la vida. En la actualidad estamos alterando los sistemas
acuáticos a un ritmo acelerado y enfrentamos gravísimos problemas relacionados
con el uso y mantenimiento de este valioso recurso.
El volumen total de
agua en el planeta es de aproximadamente 1 390 millones de km3 .
Éstas son las reservas de agua de la Tierra y de ellas sólo el 0.26% es
directamente utilizable por la especie humana. El agua de mar, que es la que
cubre gran parte del planeta, contiene 33 partes por mil de sales disueltas,
por lo que sería necesario que pasara por un tratamiento previo para que pudiéramos
darle los usos del agua dulce. El agua es indispensable para la vida, y la que
se encuentra en nuestro cuerpo debe tener ciertas características, como son que
posea un cierto contenido y cantidad de sales y carezca de organismos que dañen
la salud. Para que podamos consumirla y utilizarla en nuestras casas, en la
producción de alimentos de origen vegetal o animal y en la industria, el agua
debe ser dulce y de cierta calidad.
Podemos decir que el
agua, igual que la energía, no se crea ni se destruye, sólo se transforma. Está
en continua circulación y movimiento, cambiando de un estado a otro, pero su
cantidad en el planeta permanece constante. Y el agua que llueve, se almacena o
evapora en los arroyos, ríos, lagos, lagunas y zonas costeras finalmente llega
a los océanos, forma parte de lo que se denomina el ciclo hidrológico, que
consiste en tres fases principales: la precipitación, la evaporación y el
flujo, tanto superficial como subterráneo. Cada una de estas fases involucra
transporte, almacenamiento temporal y cambio de estado del agua (sólido,
líquido y gaseoso), dependiendo de varios factores, como son la temperatura a
la que se encuentra el agua, la latitud de la zona geográfica y la época del
año. El agua se almacena en distintos sistemas acuáticos, como son mares y
océanos, lagos, presas, ríos, acuíferos, pantanos y casquetes polares, y en
cada uno se mantiene por lapsos distintos. Pero de todos estos sistemas,
únicamente de los de agua dulce depende en gran medida el funcionamiento de los
seres vivos que no son marinos: las plantas y animales que necesitan de agua
dulce para vivir y que son base del desarrollo y mantenimiento de la humanidad
sobre la Tierra. Las reservas de agua dulce están siendo utilizadas por la
especie humana a una tasa extremadamente veloz, mucho más rápido de lo que
tardan en recuperarse, por lo que este recurso, considerado como renovable, se
empieza a transformar en no renovable.
Cuando se hace
referencia a la calidad del agua es necesario puntualizar qué tipo de sustancia
contiene, ya sea suspendida o disuelta (sales, metales, hidrocarburos,
plaguicidas, etc.), o bien de qué organismo (virus, bacterias, parásitos, etc.)
se trata y en qué concentración o cantidad se encuentra.
Para el uso sustentable del agua se debe hacer la planeación del país
por cuencas bajo dos principios básicos:
- Conservar y usar los recursos de la cuenca
dentro de la cuenca. Esto implica que cada cuenca se desarrollará de
acuerdo a sus recursos, considerando que debe haber intercambio con otras
cuencas, que una cuenca no crecerá a expensas de otra, y que no se
limitará su desarrollo por extracción de sus recursos

La
aplicación de estas acciones de conservación de cuencas se ilustrará con el
caso de la Cuenca del Valle de México, particularmente del Distrito Federal. El
cuadro 2 muestra esta entidad en el contexto de la cuenca completa. Es
importante analizarla por separado debido a la capacidad que tiene para
preceder en las soluciones que necesita la metrópoli.

El balance de agua en el Distrito Federal muestra un déficit del acuífero de 6 m3/s (metro cúbico por segundo)
que ha causado un secado de las arcillas del subsuelo y la consecuente
subsidencia del Valle de México, y que obedece a las siguientes causas:
- La Ciudad de México, D.F., está perdiendo su
área de recarga natural por el crecimiento urbano, planeado y espontáneo,
pues solamente el 11% de la lluvia queda atrapada en el acuífero mientras
que el 34% se pierde como escurrimientos urbanos en el drenaje.
- El sistema de distribución del agua se obtiene
de dos clases de fuentes, las externas, traídas desde el sistema Lerma y
Cutzamala; y la interna, principalmente extraída del acuífero.
- Las fugas en la red de agua potable
representan 35% de pérdidas netas de las cuales 5.5 m3/s encuentran
su camino de regreso al acuífero y las más superficiales van al drenaje.
- El consumo doméstico e industrial de agua
produce un agua residual que al juntarse con las pérdidas de agua en la
red y los escurrimientos de agua de lluvia suma 36 m3/s. Este
caudal es dispuesto en las regiones agrícolas de los Valles de Alfayucan y
del Mezquital, en donde es usada ineficientemente con láminas de riego
mayores a 3 m/año.
- Únicamente un caudal de alrededor del 10% del
agua del drenaje es usado en el riego agrícola metropolitano, llenado de
canales de Xochimilco y de lagos artificiales como Chapultepec y San Juan
de Aragón. En época de lluvia, estas plantas se cierran por lo que se dice
que su eficiencia operativa es de menos del 50%.
¡Ahorremos
agua en el baño!
·
Revisa
regularmente las instalaciones hidrosanitarias y equipos para detectar fugas.
·
Mantente
alerta si ves manchas por humedad en paredes y techos. Generalmente son señales
de fugas y pueden afectar tu casa.
·
Instala
economizadores de agua en regadera y escusado; son baratos, fáciles de instalar
y los puedes adquirir en tiendas de autoservicio, tlapalerías o ferreterías
¡Ahorremos
agua en la limpieza personal!
·
Báñate
en cinco minutos. Cierra las llaves del agua mientras te enjabonas o afeitas.
Ábrelas sólo para enjuagarte.
·
Coloca
una cubeta para recoger el agua fría mientras sale la caliente. Puedes usarla
después en la limpieza de la casa, del coche o para regar las plantas.
·
Después
de cepillarte enjuágate los dientes con un vaso de agua.
Además
·
Nunca
laves el automóvil con manguera; utiliza sólo una cubeta. Recolecta agua de
lluvia para regar las plantas, limpiar la casa o el escusado.
·
Nunca
arrojes aceite, líquido de frenos o anticongelante al drenaje. Son sustancias
altamente contaminantes del agua. Infórmate sobre empresas y lugares donde
reciben el aceite gastado.
·
Barre
el patio o la banqueta en seco con una escoba y un recogedor. Si en tu ciudad
se presenta una lluvia de cenizas volcánicas, no las mojes. Recógelas en bolsas
antes de que tapen las coladeras; puedes aprovecharlas para nutrir tus plantas.
AUTORES: Marisa Mazari Hiriart
Oscar Monroy Hermosillo