lunes, 28 de marzo de 2016

CARBOHIDRATOS




Formulación química.

Los carbohidratos contienen carbono, hidrógeno y oxígeno en una proporción de 1:2:1 respectivamente, por lo que la fórmula general es: (CH2O)n; el número de carbonos presentes en las cadenas va de entre 3 y 7, a los que se les unen un grupo funcional carbonilo (R-CH=O) en el carbono número 1 o 2, y a los carbonos restantes un grupo hidroxilo (-OH), dando origen a una molécula llamada monómero. Siendo la estructura química de los carbohidratos lo que determina su funcionalidad y sus características.



Principales reacciones en el organismo

La mayoría de los hidratos de carbono que ingerimos son almidón, pero sólo los monosacáridos pueden pasar al torrente sanguíneo, por ello deben ser degradados a monosacáridos. La digestión de los hidratos de carbono se inicia en la boca por la acción mecánica, producto de la masticación, en la cual los alimentos son movidos por la lengua, triturados por los dientes y mezclados con la saliva. Esta acción, los reduce a una masa blanda y flexible de fácil deglución. Por otro lado, la digestión química la realiza la enzima ptialina o amilasa salival, la cual comienza a desdoblar el almidón en maltosa y dextrinas (polímero de entre 5 a 10moléculas de glucosa derivadas del almidón). Al llegar al estómago, el pH ácido destruye la amilasa salival, por lo que se detiene la digestión química y continua la mecánica. En el intestino delgado se reinicia la digestión química por acción de la enzima amilasa pancreática, la cual actúa exclusivamente sobre el almidón y las dextrinas desdoblándolas en moléculas de maltosa. Tres enzimas producidas por el enterocito actúan sobre los disacáridos, reduciéndolos a compuestos simples, estas son: la sacarasa que actúa sobre la sacarosa; la lactasa sobre la lactosa y la maltasa sobre la maltosa, dando como producto final de estas reacciones enzimáticas glucosa, fructosa y galactosa, quedando listos para su absorción a través de la mucosa intestinal en el duodeno y la mitad proximal del yeyuno hacia la sangre portal. El organismo ocupa más tiempo en digerir el almidón que cualquier otro hidrato de carbono. La glucosa no tiene que ser digerida, por lo tanto, proporciona energía con mayor rapidez después de su ingestión. Como ya se mencionó, todos los hidratos de carbono provenientes de la dieta, se absorben en forma de monosacáridos. La capacidad de absorción del intestino delgado es muy grande y a excepción de la fibra dietética, todos los hidratos de carbono digeridos pueden absorberse a través de la mucosa intestinal hacia la sangre, la glucosa y la galactosa por medio de transporte activo secundario con Na+, el cual requiere energía y la fructosa por difusión facilitada, por lo que no requiere energía. Después de su digestión, dependiendo de su Índice Glucémico, la glucosa puede utilizarse de las siguientes maneras: Oxidarse inmediatamente para proporcionar energía. Distribuirse en los líquidos corporales (70 a110 miligramos por 100 ml en sangre total). Convertirse en glucógeno y almacenarse en músculos e hígado. Transformarse en grasa y almacenarse como tal en las células adiposas. Esto puede generar un aumento de triglicéridos en sangre y producir complicaciones cardíacas.



Tipo de alimentos en los que se encuentran

1.     Azúcar de las frutas y la miel.
2.    Azúcar de la caña.
3.    Azúcar de la leche.
4.    Azúcar de las semillas.
5.    Raíces y tubérculos.
6.    Algas y hongos.
7.    Músculos e hígado de animal.
8.     Crustáceos



Funciones de los carbohidratos

En los seres vivos las funciones de los carbohidratos se pueden generalizar en:

a)    Energéticas (glucógeno en animales y almidón en vegetales, bacterias y hongos): La glucosa es uno de los carbohidratos más sencillos comunes y abundantes; representa a la molécula combustible que satisface las demandas energéticas de la mayoría de los organismos.

b)    De reserva: Los carbohidratos se almacenan en forma de almidón en los vegetales (gramíneas, leguminosas y tubérculos) y de glucógeno en los animales. Ambos polisacáridos pueden ser degradados a glucosa. 

c)     Compuestos estructurales (como la celulosa en vegetales, bacterias y hongos y la quitina en artrópodos): Los carbohidratos estructurales forman parte de las paredes celulares en los vegetales y les permiten soportar cambios en la presión osmótica entre los espacios intra y extracelulares. Esta, es una de las sustancias naturales más abundantes en el planeta. En las grandes plantas y en los árboles, la celulosa, estructura fibrosa construida de glucosa, cumple la doble función de carga y soporte. La celulosa es de origen vegetal principalmente, sin embargo, algunos invertebrados tienen celulosa en sus cubiertas protectoras. El polisacárido estructural más abundante en los animales es la quitina. En los procariontes forma la pared celular construida de azúcares complejos como los péptidoglicanos y ácidos teicoicos. A las propiedades de esta estructura se le atribuyen muchas de las características de virulencia y antigenicidad. En algunos animales como los insectos los carbohidratos forman la quitina, el ácido condroitín sulfúrico y el ácido hialurónico, macromoléculas de sostén del aparato muscular.
d)    Precursores: Los carbohidratos son precursores de ciertos lípidos, proteínas y dos factores vitamínicos, el ácido ascórbico (vitamina C) y el inositol.

e)    Señales de reconocimiento (como la matriz extracelular): Los carbohidratos intervienen en complejos procesos de reconocimiento celular, en la aglutinación, coagulación y reconocimiento de hormonas.


Trastornos que causa su consumo inadecuado.

Los carbohidratos pueden tener una influencia directa sobre las enfermedades humanas modificando los procesos fisiológicos y metabólicos, reduciendo así los factores de riesgo de las enfermedades o el proceso de morbilidad en sí mismo. Los carbohidratos pueden tener también efectos indirectos sobre las enfermedades. Las evidencias sobre la asociación entre carbohidratos y enfermedades proceden de los estudios clínicos y epidemiológicos. Existen relativamente pocos ejemplos en los cuales se observe una causa directa probada entre los carbohidratos y las enfermedades.


Consecuencia de dietas insuficientes en carbohidratos

Si la dieta diaria de un individuo es insuficiente en carbohidratos, el organismo utilizara todas las sustancias nutritivas que puedan proveerle energía (grasas y proteínas) para satisfacer sus necesidades energéticas.
Esto implica que, si no hay suficientes carbohidratos, las grasas y las proteínas serán utilizadas para proveer de energía el cuerpo. Las proteínas, entonces, no cumplirán con su función primordial de formar tejidos. En el caso de un individuo en crecimiento, significa que dejara de crecer o crecerá a un ritmo más lento de lo normal y quedara más pequeño, con las consecuencias que esto implica para el funcionamiento normal de todo su organismo.
En el caso de una persona adulta, significa que las proteínas no podrán cumplir con su función reparadora, regeneradora y de mantenimiento, de modo que su organismo no podrá funcionar normalmente.
Si la cantidad de carbohidratos, proteínas y grasas no son suficientes para satisfacer las necesidades energéticas del cuerpo, este utilizara mecanismos de defensa como son: la disminución de su actividad y el deterioro de sus propios tejidos, lo que traerá como consecuencia, la baja capacidad para el trabajo físico y el desgaste progresivo del organismo.


Consecuencias de dietas excesivas en carbohidratos

Existe una gran parte de nuestra población que consume en exceso, alimentos ricos en carbohidratos. Lo peor de estos alimentos son en su gran mayoría carbohidratos refinados (dulces o golosinas, harinas blancas, pastas, arroz pulido, etc.), los cuales han perdido muchas de sus sustancias nutritivas en el proceso de refinamiento. Su consumo excesivo conduce a la obesidad.

Cantidad recomendada
De acuerdo a las recomendaciones emitidas por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, la Organización Mundial de la Salud y la Universidad de las Naciones Unidas, se recomienda que los hidratos de carbono aporten del 50 al 70% de las calorías totales diarias requeridas, distribuidos de la siguiente manera: 40 a 45% complejos y de 20 a 25 % hidratos de carbono simples.


Bibliografías:
Dr. Edgar Vázquez Contreras
INSTITUTO DE QUIMICA UNAM




MARÍA DEL CARMEN SERVÍN RODAS
NUTRICIÓN BÁSICA Y APLICADA
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
51-57 pp.


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